martes, 4 de noviembre de 2014

¿Quien fue la Virgen de las Mercedes?


Introducción

La Virgen de la Merced o Nuestra Señora de las Mercedes es una advocación mariana venerada por los católicos de la Bienaventurada Virgen María. Es equivalente también el nombre de Virgen de la Misericordia.

Breve Historia

La Santísima Virgen se le apareció a San Pedro Nolasco, en 1218, recomendándole que fundara una comunidad religiosa que se dedicara a auxiliar a los cautivos que eran llevados a sitios lejanos. Esta advocación mariana nace en España y se difunde por el resto del mundo.

San Pedro Nolasco, inspirado por la Santísima Virgen, funda una orden dedicada a la merced (que significa obras de misericordia). Su misión era la misericordia para con los cristianos cautivos en manos de los musulmanes. Muchos de los miembros de la orden canjeaban sus vidas por la de presos y esclavos. Fue apoyado por el rey Jaime el Conquistador y aconsejado por San Raimundo de Peñafort.

San Pedro Nolasco y sus frailes muy devotos de la Virgen María, la tomaron como patrona y guía. Su espiritualidad es fundamentada en Jesús el liberador de la humanidad y en la Santísima Virgen, la Madre liberadora e ideal de la persona libre. Los mercedarios querían ser caballeros de la Virgen María al servicio de su obra redentora. Por eso la honran como Madre de la Merced o Virgen Redentora.

En 1272, tras la muerte del fundador, los frailes toman oficialmente el nombre de La Orden de Santa María de la Merced, de la redención de los cautivos, pero son mas conocidos como mercedarios. El Padre Antonio Quexal en 1406, siendo general de la Merced, dice: "María es fundamento y cabeza de nuestra orden".

Esta comunidad religiosa se ha dedicado por siglos a ayudar a los prisioneros y ha tenido mártires y santos. Sus religiosos rescataron muchísimos cautivos que estaban presos en manos de los feroces sarracenos.

El Padre Gaver, en 1400, relata como La Virgen llama a San Pedro Nolasco y le revela su deseo de ser liberadora a través de una orden dedicada a la liberación.

Nolasco la pide ayuda a Dios y, en signo de la misericordia divina, le responde La Virgen María diciéndole que funde una orden liberadora.

Desde el año 1259 los padres Mercedarios empiezan a difundir la devoción a Nuestra Señora de la Merced (o de las Mercedes) la cual se extiende por el mundo.

¿De donde proviene el nombre Merced?

El nombre de Mercedes está indisolublemente unido a la historia de los religiosos mercedarios y a la persona de San Pedro Nolasco, fundador de la “Orden de la Virgen Maria de la Merced de la Redención de Cautivos”. en el siglo XIII, mas precisamente en el año 1218.

Para comprender mejor el significado de esta orden debemos conocer que ocurría en España (lugar donde tuvo lugar el acontecimiento) en aquella época. Eran los tiempos difíciles en que la madre patria luchaba contra los musulmanes, que desde el 718 ocupaban su territorio. Era la época de la Reconquista, nueva Cruzada, ahora en Occidente, contra los infieles.

Fue en estas circunstancias, que en la noche del 1º al 2 de agosto de 1218, Pedro Nolasco tuvo la aparición de la Virgen Maria, la que le expresó que fundase una orden en su nombre, para redimir cautivos, con obligación de quedarse en prisión si fuera necesario, para que obtuvieran la libertad los que estuviesen en peligro de faltar a la fe. Pocos días después, el 10 de agosto, tuvo lugar la fundación solemne de la Orden en la Catedral de Barcelona con la presencia de Pedro Nolasco, el canónigo Raimundo de Peñafort, el obispo Berenguer de Palou y el propio rey de Aragón, Don Jaime I.

En la oportunidad, Nolasco y un grupo de compañeros, tomaron el hábito blanco y el rey les concedió el uso de su escudo de armas, de cuatro barras encarnadas en campo de oro, sobre las cuales se añadió una cruz blanca, que llevaron los religiosos en sus pechos y que han conservado después que la Orden dejó de ser militar.

Historia del escudo de la Merced



Cuenta la tradición que Wilfredo I el Velloso, Conde de Barcelona, ejercía su señorío con cierta independencia de los soberanos de Aragón. Un día, Carlos el Calvo, emperador de los Francos, en el siglo IX, requirió la ayuda de Wilfredo en contra de los normandos que invadían sus dominios. La victoria favoreció a Carlos gracias a la heroicidad del Conde de Barcelona, que fue herido gravemente en la lucha. Fue entonces que el Emperador concurrió junto al lecho de campaña de su aliado, y premió sus servicios concediéndole armas heráldicas. Para ello, con cuatro dedos de su mano derecha, marco, sobre el escudo de éste, cuatro líneas verticales con la sangre que emanaba de sus heridas,  quedando así un escudo de fondo dorado atravesado por cuatro barras rojas.



Desde el siglo IX los Condes de Barcelona usaron ese escudo, siendo adaptado siglos después por el Reino de Aragón, el mismo que fuera concedido por Jaime I a la Orden de la Merced.




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